Entrevista a Leire Egaña (directora de KZ50)

Por Jeannette E. Diaz

Tocaba hablar de KZ50. Un documental que formará parte de una gran celebración, que en 2022 organizaremos por el 50 aniversario del cineclub. Por eso, me he juntado con Leire Egaña, directora del proyecto y con ella he podido charlar sobre el documental, el público de Kresala Zinekluba,…

1.-Seguramente que en el camino habrás encontrado proyectos muy diversos y atractivos, pero ¿Qué tiene el proyecto KZ50 que lo convierte en un proyecto tan interesante?

La gente que hay detrás del proyecto de Kresala Zinekluba.

Desde sus comienzos en la fundación del cineclub, como en la actualidad, Kresala Zinekluba tiene 50 años de historia gracias a la dedicación e ilusión de sus miembros. Asimismo, el cineclub no sería tan longevo si no fuese por el público que no deja asistir a las proyecciones. Quiero realizar un documental que ponga en valor este mundo de frikis y como en las películas, me gustaría pasar por el drama, la acción, el suspense… hasta la comedia para contar esta historia.

2.¿Que tiene el cine que engancha tanto? Y viendo la trayectoria de Kresala Zinekluba, ¿Por qué crees que son tan importantes o porque crees que la gente no falta a ninguna de las sesiones que programamos?

Hay muchos caminos para llegar al cine: temas, todos los que a uno se le ocurran, y formas de contar, desde lo más tradicional a lo más ecléctico. Después viene la puesta en común de aquello que has visto: el debate, la discusión, la empatía, el aprendizaje… El cine es puro arte y pura política también. Ese abanico tan grande que ofrece, y que está en continua producción además, hace que una vez que lo has descubierto, quieras seguir viendo más y más películas; ya sea porque la que has visto te ha encantado y quieres descubrir otra parecida, o porque la que has visto te ha horrorizado, y quieres quitarte la resaca con otra diferente.



3.-Y hablando de que hay gente que no falta a las sesiones ¿Algún recuerdo que te apetezca compartir con nosotros?

Cuando se permitió abrir las salas de cine durante la pandemia, el cineclub tuvo que adoptar unas medidas para asegurar la seguridad del público. Si esto para las empresas grandes es ya complicado, para un pequeño cineclub conformado por voluntarios, es un esfuerzo grande que, sin embargo, se hizo con toda la ilusión de poder por fin abrir la sala. Una de las medidas consistía en asignar asientos personalizados a las personas que venían a ver la película: se les mostraba una hoja con asientos y cada uno indicaba donde se quería sentar, para así ocupar el asiento de al lado y asegurar las distancias de seguridad. Una empresa grande hubiese automatizado este proceso y hubiese pedido a los espectadores que compraran las entradas online, pero como el público de Kresala está conformado por jubilados, algunos de edades avanzadas, ésta era la manera más fácil de que pudiesen acudir al cine y se sintieran seguros.

Este esfuerzo supuso no sólo que las salas llenarán el aforo casi todas las semanas, sino que se trabase una relación más estrecha con los espectadores donde a la entrada a la sala se intercambiaban comentarios sobre la película vista la semana pasada, preguntas sobre la película que van a ver, pero también se compartía tanto el miedo pasado las semanas anteriores por la amenaza del virus como la felicidad de por fin acudir al cine.

Yo llevaba semanas sin ir al cineclub y cuando acudí, me conmovió observar esa relación que se había gestado, donde la comunidad del cineclub estaba más clara que nunca.

4.-Volviendo a KZ50. ¿Crees que la gente se animará a apoyar el proyecto? ¿Hay tantos amantes del cine y/o del cineclub entre nosotros? ¿Que crees que les puede devolver el proyecto?

Yo creo que sí.

Además de los fans del cineclub, que no son pocos, KZ50 quiere ir más allá y hacer un homenaje al cine y a las personas que hacen cine, ven cine, promueven cine… y ése es un fenómeno universal. Antes de la era digital, los cineclubs quizás estaban más presentes y había más, por la dificultad de poder ver películas en casa. Y por tanto es cierto que quizás ahora mismo no están tan en boga como lo estuvieron en el pasado. Sin embargo, la cultura del cineclub: ver películas y debatir sobre ellas, se produce a diario en redes sociales, en las pausas del café de las oficinas, entre los chavales en el recreo… Por tanto, creo que se puede llegar a todas esas personas que practican el “cineclubismo” sin darse cuenta e integrarles en esta comunidad donde lo más valioso es la expresión individual de cada uno por ese amor por el cine.

5.-¿Aparte de este proyecto, tienes otros proyectos entre manos?

Ahora mismo he dirigido un cortometraje que se ha rodado en Galdakao, uno de los cortos del proyecto Geuretik Sortuak.

Cuenta la historia de una rider que tiene que entregar un paquete y en cuyo camino se encontrará con diferentes situaciones que le dificultarán poder llegar a tiempo. De ahí, el título del corto: Erlojupekoa, contrarreloj. Una comedia surrealista donde yace una crítica a la precariedad laboral.


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